Historia

Conferencia de prensa. 2 de Noviembre de 1976. Londres, Inglaterra.

El Ministro de la Magia ingresó al recinto, donde las luces de las cámaras destellaban infinitas, capturando los gestos en su rostro, de su cuerpo, de sus manos, todo él, que parecía impertérrito, a simple vista. Se acercó al atril, y motivó a la preocupación general cuando se palmó la frente con un pañuelo blanco, que regresó de inmediato a su bolsillo. Oyó lo que sus jefes de prensa, y otros colaboradores tenían para decirle a centímetros de su oído, premeditando cualquier error. Carraspeó, y comenzó su discurso, el que hacía tiempo había decido ignorar. El momento se acercaba, lo sabía. La situación era insostenible, y las mentiras tan acumuladas por aquellos años le iban a estallar en el rostro. “A todo el mundo mágico: Es mi deber expresar mis pensamientos por los acontecimientos que dieron lugar en la Academia de Magia Beauxbatons, ante todo, mis más sinceras condolencias a las familias que han sido afectadas por semejante infortunio, y perpetuar que trabajaré con obstinación para capturar a los responsa…”

¿Dumbledore?. Pensó, deteniendo su tan ensayado pergamino. ¡Era lo que faltaba!, y su rostro se tensó aún más; distinto al de Albus, que se veía sereno como siempre, aunque esta vez con un dejo asomo estricto detrás de aquellos lentes en forma de medialuna, discordante ante lo que sabía bien, él, iba a decir.

“A los responsables. Por supuesto.” Apoyó ambas manos en el atrio; y se mantuvo allí por algunos segundos, mientras los periodistas, agolpaban sus voces destruyendo el silencio de la sala, para que sus preguntas fueran contestadas. Albus Dumbledore asintió, cuando sus ojos se encontraron. Sabía que en toda su cobardía jamás hubiese reconocido la realidad, pero que si se presentaba en aquel lugar, podría persuadirlo. Y de hecho…así fue.

“El Ministerio de la Magia está completamente informado de éste terrible, y último acontecimiento, así como los que se han ido produciendo en los últimos años. Las muertes, desapariciones, este atentado en sí no son hechos aislado. Afirmo que se encuentran entrelazados. Hace dos años que comenzamos a trabajar en conjunto con el Mundo Muggle…”

Los gritos se hicieron más fuertes, Albus Dumbledore se retiró, los periodistas querían hacerse oír, indignados, desesperados por tener más información, asustados. Los colaboradores se mantuvieron lejanos, tensos, incomprensibles.

“Se ha  tomado la decisión de apagar cualquier asomo de miedo por parte de nuestro mundo; es por eso que el trabajo se ha realizado en forma oculta, la desesperación y el miedo llevaría al caos. Pero a mi entender, ya estamos en él, y debemos pararlo. Esta…secta, asesinos, persiguen ideas perversas, y no van a detenerse. A menos…-no podía hablar, varios ya se habían levantado y apuntaban con sus anotaciones, y plumas a centímetros de su nariz- Por favor. Por favor, señores. ¡A menos que nosotros seamos quienes nos unamos y luchemos en su contra! Las discrepancias entre un mundo y otro no deben ser motivo bélico…"

A la mañana siguiente los diarios se mantuvieron en las manos de todo el mundo, nadie evitó la noticia, y la voz corrió como gacelas. Esa mañana fue la última mañana que alguien vio al Ministro de la Magia vivo.


Después de tres días de duelo, asume como Ministro de la Magia Cygnus Romanov; y decide junto al Departamento de Cooperación Mágica trasladar el alumnado de Beauxbatons y Durmstrang, Academias en Europa –lugar más afectado por los atentados- a los edificios de Hogwarts para el año 1977. Las ruinas de Beauxbatons siguen en primeras planas por dos semanas más, junto a las biografías, e informaciones del Ministro asesinado.

El mundo mágico, comienza a transcurrir la peor época en su historia, declarando la guerra a enemigos desconocidos, se abren paso entonces tres grupos distintos completamente marcados. Supremacistas de sangre pura, Neutrales, y La resistencia activa –más tarde Orden del Fénix, conducida por Albus Dumbledore- e inactiva –contrarios al pensamiento supremacista pero sin posición de lucha.-